Capítulo 4
Luego de pensar un poco acerca de lo visto, leído y entendido durante el capítulo, a mi mente regresaron algunos hechos dentro de los cuales fui víctima de tratos hirientes y desiguales por mi género, constitución física y gustos. El primero, por parte de mi familia, la cual durante muchos años – y en la actualidad- recargó sobre mis hombros las actividades domésticas del hogar, eximiendo de estas a “los hombres de la casa”, lo anterior me llevó muchas veces a renunciar a una salida, proyecto, etc. Por la falta de tiempo para cumplir con “mis labores en el hogar” para ganarme la comida y el hospedaje. Claramente me di cuenta que esto era sumamente injusto y decidí expresar mi inconformidad, de manera pacífica, logrando con el tiempo que estos oficios sean repartidos de manera equitativa. En segundo lugar, durante mucho tiempo recibí comentarios de mi familia y amigos hacía mí cuerpo, diciendo que era muy delgada para su gusto; lo anterior llevó a que estos comentaran acerca de mi salud mental y física creando chismes alrededor de mis hábitos y costumbres. Por último, cuando hice pública mi decisión de estudiar una ingeniería en la Universidad de los Andes, muchos amigos y familiares no se hicieron esperar con sus comentarios negativos y desalentadores, diciendo que no sería capaz de sacar adelante mi carrera y que terminaría convirtiéndome en una engreída al entrar a esa universidad.