Machismo en el salón de clases.
Durante mis años estudiando medicina, enfrenté numerosas actitudes machistas por parte de mis profesores. Recuerdo cómo, en las clases prácticas, los docentes esperaban que yo fuera la encargada de tomar notas mientras mis compañeros hacían los procedimientos. También, recuerdo puntualmente una vez que el docente de cirugía, hizo un comentario despectivo sobre cómo “las mujeres no están hechas para soportar la presión de las especialidades quirúrgicas” y aunque no me dirigió esas palabras directamente, sentí como si cada una de ellas estuviera dirigida a mí y a todas mis compañeras. Era una “broma”, que reflejaba una creencia profundamente arraigada de que no éramos aptas para esa especialidad. También se hacían comentarios sobre cómo las mujeres en medicina solo estaban allí para “encontrar marido” entre los médicos hombres.
Siento que a lo largo de mi carrera, he tenido que esforzarme el doble para demostrar mi capacidad y mi conocimiento, el camino no fue fácil ni justo, por ser mujer, no porque no tuvieras las capacidades o el conocimiento.
Entonces, me siento profundamente identificada con María Clara, quien, desde su propia área del conocimiento, enfrenta los mismos problemas que yo. Ella también es constantemente menospreciada intelectualmente por el simple hecho de ser mujer. Su experiencia refleja un problema sistémico que trasciende disciplinas y afecta a mujeres en todos los ámbitos académicos. Ambas luchamos por ser reconocidas y valoradas por nuestras capacidades, y nuestra lucha es un recordatorio de que aún hay mucho por hacer para alcanzar la equidad.
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