1. Intervenir de manera segura y respetuosa, apoyar a la persona afectada, reportar la situación si es necesario educar desde el ejemplo.
2. Fomentar espacios de diálogo y escucha activa, donde todos se sientan valorados y seguros para expresarse. No minimizar lo que otros sienten. Promover el respeto por la diversidad, ya sea de género, origen, etc. Participar en actividades de formación o reflexión sobre temas de violencia, discriminación y derechos humanos. Y sobre todo, ser coherente.