Ese comentario impone una obligación como si la joven, por el hecho de ser mujer, tiene que mostrar más que los demás. Eso remite a la clásica y machista discriminación de las mujeres como si no tuvieran las mismas capacidades y derechos que los hombres, relegándolas a una posición inferior y obligándolas a trabajar más si quieren los mismo beneficios de los hombres. Un estereotipo machista que históricamente se repite