Considero que la respuesta de Sebastián fue poco empática; cómo él no era el del problema, se desentendió de la situación y trató a sus compañeras de lloronas.
En mi vida diaria sólo una vez tuve un profesor similar, e incluso nuestros compañeros hombres nos apoyaron para que se tomaran acciones en su contra. Por mi parte, yo nunca he participado en acciones que discrimen o afecten a cierto grupo.