Cesar Augusto Quintero Buritica
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¿Qué debo hacer en caso de estar cerca de alguien que incurra en una conducta MAAD?
Esta pregunta es compleja, dado que en el curso MAAF 101 vimos que no todas las personas saben exactamente qué hacer frente a un caso identificado de discriminación, maltrato, abuso o acoso. En mi caso particular, seguiría la casuística propuesta en la infografía 6.5 “¿Cómo puedo acompañar a una persona que ha sido víctima de conductas MAAD?”. Lo clave sería escucharla y respetar el ritmo y el valor testimonial de la víctima. Posteriormente, a menos de que la victima explícitamente no me lo pida, escalar el caso ante alguna de las entidades encargadas. Por lo general, tengo amigas y amigues que se especializan en temas similares, por lo que siempre busco su ayuda, pero respetando el anonimato de la víctima.
¿Cómo puedo cuidar a las otras personas y promover una sana convivencia en todos los escenarios de la Universidad?
Esto es realmente difícil. Desde mi experiencia personal, nunca me imaginé que yo fuera a incurrir en una conducta MAAD. Pero, lo hice una vez, en mi relación pasada cuando irrespeté físicamente a mi ex-pareja. En ese caso, no había caído en cuenta del mal que había hecho, pero una vez hablé con mi ex-pareja y ella me terminó, pude dimensionar la falta cometida. En ese sentido, lo más importante es que los actores sociales, especialmente aquellos que ocupan cargos de poder, sean constantemente autorreflexivos frente a sus propias conductas. Específicamente, es importante que sospechen de cualquier indicio MAAD que ellos o sus conocidos puedan provocar, además de mantener una actitud de respeto, tolerancia y apertura frente a todas las identidades sociales emergentes que pueblan un contexto tan plural como lo es el universitario.
¿Qué se te viene a la mente con el comentario de Sebastián en la conversación de Whatsapp: “Si él es estricto es para que sean ustedes las que saquen la cara por las mujeres de la carrera”?
Considero que este comentario, más que ser machista, incurre en lo que Miranda Fricker denomina como “injusticia epistémica”. Concretamente hablando, se trata de una injusticia epistémica de tipo testimonial: está demeritando o desacreditando la denuncia de sus compañeros, al justificar la posición epistémica de autoridad que la dinámica de clase le concede al salón. Esto es doblemente peligroso porque, por un lado, Sebastián no es consciente del error en el que está incurriendo porque cree que es lo correcto o que tiene razón; por otro lado, al debilitar el testimonio de las compañeras, genera un estímulo negativo y por eso las desincentiva de que comuniquen públicamente como se sienten realmente y puedan contar qué es lo que las hace sentir incómodas.
¿Alguna vez no has podido acceder o disfrutar de un lugar por los prejuicios o estereotipos que las demás personas tienen sobre ti?
Nunca he sido víctima de un tipo de discriminación directa que me impida acceder a un lugar. No obstante, cuando era joven tenía el cabello largo, razón por la cual los agentes de policía siempre me requisaban cuando estaba en la calle, me solicitaban los documentos o me pedían la libreta militar. En este tipo de casos, el señalamiento surgía, creo yo, de la asociación que se hacía entre mi apariencia y la criminalidad. Por otro lado, fui un estudiante becado en la Universidad de los Andes, razón por la cual no me integraba a espacios de socialización llevados a cabo por estudiantes, como las fiestas de final de semestre organizadas por facultades. No lo hacía porque los covers eran muy costosos y no podía pagar mis bebidas durante la fiesta; aparte de eso, no tenía la mejor ropa. Por esa razón siento que me auto-excluía: porque sentía que ese no era mi lugar.
¿Crees que alguna vez has impuesto barreras a alguien en razón de diferentes estereotipos o prejuicios que has tenido?
Aparte del mencionado anteriormente, creo que no. Mis dificultades de acceso nunca han tenido que ver con mi aspecto físico, aunque eso también se debe a que nunca he vivido en el extranjero. Compañeros que han hecho sus posgrados en el extranjero, me han confesado que han sido víctimas de discriminación y xenofobia.
