Implica que las mujeres deben esforzarse más que los hombres porque son inferiores. “Sacar la cara por las mujeres” es lo que siempre nos han pedido hacer: demostrar que sí somos capaces, que sí podemos, es decir, que podemos igualar las competencias de los hombres sólo con un gran esfuerzo. Es terriblemente sexista, pero nos han enseñado que sólo de ese modo las mujeres podemos ejercer nuestras profesiones.