Pensar que las víctimas tienen la culpa es bastante frecuente para justificar la discriminación de los agresores. En este caso, el profesor está siendo agresivo y los compañeros validan su agresión como algo positivo para las mujeres. Además de insensible, la pregunta central es ¿por qué las mujeres deben sacar la cara por algo, más aún, por una carrera?