Esa frase es el ejemplo perfecto de como un estigma sobre las mujeres, sumado a los prejuicios de los hombres y los estereotioos llevan a una normalización de la violencia contra la mujer. Peligroso que en un espacio de formación como la universidad se de espacio a la perpetuación de esa violencia contra la mujer, la desigualdad, el abuso y la indiferencia.