Si me encuentro cerca de alguien que demuestra una conducta MAAD, mi responsabilidad es abordar la situación de manera adecuada. En primer lugar, consideraría intervenir de manera segura y respetuosa, señalando la conducta inapropiada sin generar confrontaciones directas que puedan empeorar la situación.
Si siento que la intervención individual no es suficiente o seguro, buscaría el apoyo de otras personas presentes o de las autoridades pertinentes de la universidad, como profesores, personal administrativo o servicios de seguridad. Reportar la situación a las autoridades es fundamental para garantizar una respuesta adecuada y prevenir que la conducta continúe.
Además, promover una cultura de respeto y tolerancia es esencial. Me esforzaría por ser un ejemplo de comportamiento respetuoso y alentar a otros a hacer lo mismo. Participar en programas de sensibilización y difundir información sobre las políticas de la universidad para abordar conductas inapropiadas también sería parte de mi contribución a la promoción de una convivencia sana.
En casos donde se identifica a alguien afectado por la conducta MAAD, ofrecería mi apoyo. A veces, simplemente escuchar y mostrar empatía puede ser de gran ayuda para quienes se ven afectados. Conocer y difundir las políticas de la universidad sobre estos temas contribuiría a que más personas estén informadas sobre cómo abordar estas situaciones y acceder a los recursos disponibles.
En resumen, mi enfoque estaría en intervenir de manera segura, buscar apoyo cuando sea necesario, promover una cultura de respeto y ofrecer ayuda a quienes lo necesiten, todo ello en línea con las políticas y recursos de la universidad para abordar conductas MAAD.