Tal como señalé en el espacio del Padlet, los compañeros de María Clara han claramente naturalizado la violencia que ejerce el docente contra sus compañeras en función de su sexo biológico y haciendo uso de su aparente posición de superioridad en la relación de poder docente-estudiante.
Cuando era muy pequeño, mi familia y conocidos no me permitían jugar determinados deportes con ellos porque “no cumplía las expectativas”, “no sabía realmente cómo hacerlo”.
Sí, después de reflexionar, lo he hecho, sobre todo, con prejuicios relacionados con el capital cultural/intelectual de las personas. Sin embargo, la misma reflexión me ha ayudado a no no volver a caer (al menos no de manera recurrente y deliberada) en este tipo de prácticas discriminatorias.