A la persona que me confía la situación como posible víctima: Agradecer por la confianza, escuchar atentamente, sin juzgar, ni minimizar, ni maximizar. Sugerir la ayuda de profesionales en la materia y que hacen parte de las ayudas que ofrece la Decanatura de la universidad. Sugerir actuar, en vez del silencio, pero siempre respetando la decisión de la persona afecta por una MAAD.
Exigir respeto en las vivencias diarias. Mantenerme reflexionando sobre mis palabras, acciones, omisiones para fomentar desde lo personal una convivencia segura en cualquier espacio.
Actuar frente a una situación MAAD que presencie para proteger a las persona que afectada y no esparcir la idea de normalización con mi silencio o indiferencia.