El comentario del compañero de Ana Clara es una muestra de cómo, para la visión masculina, todo bienestar femenino es prescindible cuando existe un fin detrás. Es decir, para él, no importaba si una compañera de clase estaba siendo discriminada por su sexo, pues la acción del profesor significaba una suerte de enseñanza para las otras mujeres, de quienes, además, se sospecha de entrada una incapacidad. Las mujeres entonces se ven obligadas a demostrar que son igual de capaces que sus compañeros, aunque hayan centenares de impedimentos para ello.
Como mujer, me he visto afectada en múltiples situaciones debido a los estereotipos que encuentran su base en lo que impone el género. A razón de ello, me he visto perjudicada en espacios académicos, pues mi voz no es tomada con la misma seriedad con la que son tomadas en cuenta las voces de los hombres. Por esta razón, cuando un espacio es mayoritariamente masculino o responde a lógicas masculinas, suelo abstenerme de participar en él debido a la incomodidad que me genera.