Kevin Daniel Salamanca Perdigon
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Cuando uno se encuentre cerca de alguien que incurra en una conducta MAAD, es esencial actuar de manera oportuna para evitar que se repita. Después de verificar la información recibida, una opción es hablar directamente con la persona y explicarle cómo sus acciones generan víctimas y vulneran los derechos de otros. Esta charla puede contribuir a cambiar su mentalidad y mejorar la situación.
Si la comunicación directa no da resultado, consideraría acudir al comité MAAD para exponer la situación o buscar asesoría legal si es necesario. Además, brindaría apoyo a la víctima afectada por esas acciones es fundamental para asegurar que se sienta respaldada y protegida durante este proceso. Recuerda que es crucial hacerle caer en cuenta al responsable que su comportamiento es inapropiado y puede causar daño a los demás.
Actuar con prontitud y sensibilidad en esta situación puede marcar la diferencia y ayudar a prevenir futuros incidentes. Trabajar juntos para promover un ambiente seguro y respetuoso es una responsabilidad compartida por todos.
El comentario de Sebastián en la conversación de WhatsApp muestra una actitud problemática relacionada con la discriminación por roles de género en la universidad. Al decir que un profesor es estricto con las mujeres para que ellas defiendan a otras mujeres en la carrera, refuerza estereotipos de género y asigna responsabilidades específicas basadas en el género. Este tipo de comentario refleja una mentalidad que perpetúa desigualdades y expectativas injustas hacia las mujeres en el ámbito académico. Sugiere que las mujeres necesitan una protección especial o que deben asumir roles específicos debido a su género, lo cual no solo es injusto, sino que también puede crear un ambiente poco inclusivo para ellas.
Es esencial recordar que la discriminación por roles de género es perjudicial para la igualdad y el desarrollo de todos los individuos. En la universidad, todos los estudiantes deben ser tratados con equidad y respeto, independientemente de su género. La valoración de sus capacidades y logros no debería depender de estereotipos o expectativas basadas en su identidad de género. Promover un entorno académico inclusivo y libre de discriminación es fundamental para que todos los estudiantes puedan alcanzar su máximo potencial.
Personalmente, no he experimentado discriminación de género o por mi color de piel, pero ser un hombre blanco heteronormativo, es decir, pertenecer a un grupo demográfico del que no elegí formar parte y que por diversas razones no enfrenta estigmas, no significa que no pueda ser consciente de los privilegios que tengo. Reconozco mi privilegio y trato de tener empatía, además de contribuir con mi comportamiento y mi lucha para construir una sociedad más equitativa para todxs.
