Luisa Fernanda Negrete Sanjuan
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Respondiendo a la primera pregunta, lo que yo haría es no ocultar el hecho de que esa conducta MAAD fue realizada, hablaría con el implicado y remarcaría el error que acaba de cometer. Si se vuelve algo repetitivo buscaría ayuda de la universidad para lidiar con ello.
Mi respuesta para la segunda pregunta es que en primera instancia para proteger a los demás debo convertirme en alguien que no haga daño ni cometa conductas MAAD, traería el tema a conversaciones casuales para que se visibilice que este tipo de escenarios pueden ocurrir en cualquier momento y debemos saber como reaccionar ante ellos, sin ocultarlos.
1. Pienso que el comentario de Sebastián está muy fuera de lugar, las mujeres no tienen nada que demostrar, el esfuerzo y logro de cada persona es individual y no tiene nada que ver con género.
2. Muchas veces; por ser mujer incluso ir caminando por la calle se vuelve una experiencia incómoda, nunca faltan las miradas imprudentes o los comentarios vulgares, alguna vez traté de responder a uno de ellos alegando que era una falta de respeto y la respuesta que recibí fue peor, fue violenta. Tampoco he podido acceder a un campito de fútbol porque puedo salir herida, o usar tranquilamente una zona de ejercicio en un parque acaparada por hombres porque se ve mal ya que es como si quisiera coquetearles (¿qué?), en el colegio parecía que los únicos que podían usar la cancha eran los niños para jugar fútbol, y cuando las niñas trataban como de empaparse con el deporte las sacaban rápido porque se exasperaban de lo mal que jugaban (¿Aunque cómo íbamos a aprender, si en Deporte solo era fútbol con los niños y las niñas vayan y busquen algo que hacer?)…
3. Desde hace mucho tiempo trato de romperlas cada vez que puedo, tanto barreras propias como ajenas, no me gusta cuando quieren entorpecer el camino de cada quien con un argumento tan simple como “Es porque eres hombre, es porque eres mujer”
