No dudo de haber generado barreras para otros con mis prejuicios por ignorancia. Incluso para quienes son mujeres como yo. También siento a diario el peso desafortunado que es haber nacido mujer. A veces me gustaría poder cambiar ese simple hecho. Desde hace tiempo lo veo como una desventaja. Crecí pensando que tenía que esforzarme el triple que los hombres para lograr la mitad. Crecí odiando mi sociedad e incluso mi familia por haber normalizado que nosotras siempre estuviéramos por debajo de todo lo demás. Y aún así juzgo a las mujeres. Trato de hacer un esfuerzo consciente por no hacerlo, pero juzgo, por ejemplo, a quienes escogen tener hijos, o a quienes tienen hijos sin planearlo. Las culpo en mi mente porque es una decisión que no soy capaz de comprender.