Lucas Andres Vanegas Barreto
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Creo que lo que debería hacer es identificar que clase de conducta es y seguir el protocolo de la universidad en caso de que no se pueda solucionar con un diálogo directo. Ya para reportarlo lo haría con el MAAD, ombudsperson o la decanatura de estudiantes.
Para mantener una sana convivencia, creo que primero que todo es importante no ser parte de las actitudes que serían una falra segun el protocolo MAAD, pero no porque sean castigadas sino porque uno entiende que afectan negativamente a los demás. Y lo otro, además de no participar en estas acciones, también es muy importante no quedarse callado ante estos casos, pues algo así solo permitiría que se siguieran presentando-Siento que detrás de lo que dijo Sebas puede haber dos pensamientos distintos:
EL primero es que malinterpretó la intención del profesor. Se tomó los comentarios de él a la ligera y piensa que de verdad lo hace para tener mujeres sobresalientes, sin notar el sexismo que realmente está detrás de la situación. En este caso es posible que no sea sexista, pero que haya normalizado esta clase de comportamientos en el día a día.
El segundo, es que de vrdad esté de acuerdo con el profesor, pensando que a las mujeres les cuesta un mayor esfuerzo lograr lo que un hombre puede hacer normalmente.
-Sí, pero es más por lo que pienso que las personas puedan pensar sobre mí y no directamente porque me lo hayan negado. Aunque algo que sí pasó es que hubo inconvenientes en el colegio pues exigían a los hombres tener el pelo corto, y a mí nunca me ha gustado. Intentaron obligarme a mi y a otro compañero a hacernos un corte de cabello amenazándonos con consecuencias académicas, pero al final cedieron, aunque solo con nosotros dos. Siento que lo importante es tener el cabello limpio, organizado y bien presentado, sin importar si alguien es hombre o mujer. Dentro de mi familia mis papás también me decían lo mismo, aunque eran simplemente comentarios sobre como “debía peluquearme con un hombre”.
-Tal vez lo haya hecho pero sin intención. Lo que pasa es que hemos crecido ante estereotipos que se nos imponen desde niños, y que seguimos muchas veces sin cuestionarlos. Recuerdo que en quinto de primaria era común que se burlaran de un chico por su orientación sexual. En esa época parecía normal, pero ahora sabemos todos que no lo era, y lo preocupante y triste es que los profesores nunca intervinieron para que esto dejara de pasar y para corregirnos.
