Las mujeres estamos supeditadas a lo que los demás esperan de nosotras por la instalación cultural del patriarcado y sus siglos de tradición. Esto nos afecta interna y externamente, al punto en el que pensamos que es nuestra culpa estar en desventaja social y cargar con expectativas de los demás que simplemente no podemos satisfacer en detrimento a nuestra dignidad.