-Se nota del mensaje de Sebastián que es un machito que no tiene ni una pizca de empatía. Está completamente ciego al hecho de que el profesor claramente pone una carga mucho mayor a las mujeres del curso y que las pone en situaciones humillantes, y es incapaz de entenderlo incluso cuando se lo explican.
-Varias veces. Los espacios llenos de chicos suelen hacerme sentir nerviosa de que alguien diga o actúe de formas inapropiadas, y tiendo a estar más en el closet ahí. He llegado a desconfiar de socializar en las clases comunes de la universidad, como física I, física II o los cbus, pues los grupos con varios hombres de ingeniería, (por mi experiencia y en general), tienden a estar repletos de masculinidad tóxica, así que prefiero no interactuar y seguir en silencio en el closet.
Incluso he sentido esta exclusión en espacios feministas. Por una parte, hay espacios donde he tenido miedo a que me rechacen por ser trans, y resulta que el miedo estaba en mi cabeza. Por ejemplo, en mi primer semestre fui a varios eventos hechos por mujeres feministas de matemáticas, y tenía miedo a participar como mujer porque pensaba que me discriminarían. Hablando con estas y otras mujeres de la carrera, me di cuenta de que no podría haber estado más equivocada: todas han sido personas maravillosas con las que no he tenido ningún problema. Por otra parte, hubo veces en las que sí había discriminación: en el paro, hubo un par de charlas sobre feminismo a las que asistí, y me quedé callada sin decir nada, mientras veía en el chat de zoom cómo varias personas expresaban opiniones transfóbicas y excluyentes, disfrazadas de feminismo, aunque no buscaban ayudar a ninguna mujer si no que, en cambio, excluir a algunas de las mujeres más vulnerables. Mi voz, de haber dicho que soy trans, no era bienvenida, aunque mis opiniones coincidían en la mayor parte de luchas, como en derechos reproductivos o violencia sexual.