Cuando leí el comentario de Sebastián en el grupo de Whatsapp, me sentí indignado y molesto. Esto es, dado que Sebastián está presuponiendo que no existen barreras estructurales, en la forma de normas sociales patriarcales, que pongan a sus compañeras en una situación de desventaja, de manera arbitraria e injusta. También presupone, implícitamente, que es necesaria esa actitud paternalista y patriarcal por parte del profesor, casi en tono de ajuste, para que sus compañeras puedan ser exitosas en la carrera que escogieron, reflejando así una preconcepción machista subyacente a su comentario, en cuanto a la capacidad de aprendizaje y razonamiento de María Clara y Camila. Por eso me sentí molesto. Siento, también, que en retrospectiva hubiese sido clave que, al toparme con comentarios de ese estilo, me hubiese pronunciado de una manera más inequívoca para condenarlos. Siento que este tipo de espacios brindan una oportunidad para aprender y mejorar constantemente. Adicionalmente, creo que nunca se me ha impedido el acceso a algún lugar u oportunidad por las preconcepciones, basadas en prejuicios, que personas completamente desconocidas tengan de mí. Finalmente, creo que, pese a no haber estado en posiciones decisorias para determinar el acceso de personas a oportunidades, es probable que en contextos sociales haya operado basándome en prejuicios por aspectos de la identidad de alguien, incluso sin interiorizarlo.