La respuesta de Sebastián es una sin empatía y desde sus propios privilegios, ya que reproduce en principio la concepción de sistemas de educación que son violentos y buscan reproducir máquinas para la producción; y por otro lado, no tiene en cuenta que quizá a él por ser hombre no se le pone en duda sus capacidades académicas y no tiene que estar validándose frente a sus pares.