Cap. 8.7 Si conocieras a María

Cap. 8.7 Si conocieras a María

Considero que el Profesor está actuando de manera sospechosa. Si yo fuera el profesor, y veo que un estudiante no quiere ir a mi oficina (que normalmente es un espacio para discutir con alumnos, por supuesto), instantáneamente se debe reconocer este temor o preocupación en el estudiante. Si realmente debo decirle algo, utilizaría un simple correo, o le hablaría después de clase frente a otros alumnos para evitar malas impresiones. El hecho que no especifique la razón de ir a la Oficina es sin duda una alerta roja. Además, es delicado este asunto de dar ayudas a alumnos sin una buena justificación. Un caso personal delicado en mi criterio sí es una excusa válida, pero en muchas ocasiones alumnos simplemente abusan de la potencial amabilidad de un profesor. En mi opinión, cuando un estudiante está en situaciones así, es importante redirigirlos al personal de la Universidad, psicólogos expertos en estos temas. Por el bien del alumno. Cuando un estudiante rechaza estas ayudas e insiste en que nadie puedo saberlo sino el profesor, me parece una señal de que se trata de una excusa más que otra cosa. Como profesores debemos ser transparentes con nuestras intenciones, y no dar lugar a la duda. Por el bien de los alumnos, y por el bien de nuestra imagen.