Los estereotipos y tus relaciones

Los estereotipos y tus relaciones

He tenido que enfrentarme a situaciones donde los estereotipos y prejuicios han influido en mis relaciones, y, siendo honesto, a veces ha sido difícil de manejar. Como hombre heterosexual y feminista, me esfuerzo por ser consciente de cómo estas dinámicas operan, pero reconozco que he sido educado en una sociedad que me ha moldeado con ciertos valores y comportamientos machistas, que en ocasiones han aflorado de manera conservadora y, a veces, abusiva. En mis relaciones de pareja, por ejemplo, me he encontrado luchando con la idea de que, como hombre, debo ser el proveedor o el que toma la iniciativa en todo. Aunque intelectualmente sé que estas expectativas son injustas y limitantes, todavía me encuentro sintiendo presión para encajar en ese rol. Esto ha causado frustración tanto en mí como en mis parejas, quienes podrían haber esperado una relación más igualitaria. Esta tensión, entre lo que creo y lo que siento que debo hacer, ha generado malestar y, en ocasiones, ha llevado a conflictos que podrían haberse evitado. En el trabajo, he notado cómo los prejuicios afectan la dinámica entre colegas. A veces, he sido parte de conversaciones donde se minimizan las capacidades de las mujeres o se espera que ellas asuman tareas "menores" solo porque son mujeres. Aunque intento resistir estos comportamientos, he sido cómplice al no intervenir o al sentirme incómodo en esos momentos, lo que me ha generado una gran frustración y sensación de haber fallado en mis principios. Con mis amigos, he vivido la presión de encajar en el molde de la masculinidad tradicional. Bromas o comentarios que antes pasaban desapercibidos ahora me incomodan, pero me cuesta más de lo que quisiera admitir corregir esas conductas o abrir un diálogo crítico al respecto. Reconozco que estos estereotipos y prejuicios no solo limitan a las personas con las que me relaciono, sino también a mí mismo. Me han hecho sentir angustia y frustración al no poder alinear siempre mis valores feministas con mis acciones diarias. Pero también creo que este malestar es una señal de que estoy en un proceso de aprendizaje y desaprendizaje. Es un recordatorio constante de que debemos cuestionar y resistir estos estereotipos, no solo para ser mejores personas, sino para construir relaciones más equitativas, sinceras y satisfactorias.